Cayuco ex Grey-Owl Harrison Butler Clase Z 4T.Ref. CP119
Todos los barcos de Harrison Butler sorprenden por la suavidad y el equilibrio de navegación. La Clase Z fue su mayor éxito comercial y aún hoy sus propietarios están reunidos en una asociación internacional muy activa.
EUR 17.000 ,-
Generalidades
Descripción
Aparejo
Aparejo de Cubierta
Aparato Motor
Velas
Electrónica
Sistema Eléctrico
Disposición Interior
Comentarios de Barcos Singulares
El Doctor Thomas Harrison Butler (1871-1945), era un oftalmólogo inglés con una profunda pasión por la navegación a vela. Tanto, que incluso se diseñaba sus propios veleros. Butler era un convencido fautor de barcos pequeños que tenían que ser excelentes cruceros, incluso en las peores condiciones meteorológicas. Para ello, se hizo fautor, probablemente el más famoso, de la teoría del equilibrio metacéntrico que el almirante Turner había desarrollado en el siglo XIX. Según esta teoría, cuando un barco escora bajo la acción del viento, su equilibrio depende de la forma del casco, en que algunas secciones, generalmente las de popa, son más boyantes que otras, generalmente las de proa al ser éstas más finas. El análisis metacéntrico del casco resume las diferencias de desplazamiento y flotabilidad de barlovento y sotavento en un valor único para cada uno de ellos. Con estos datos el proyectista puede afinar las formas para que los valores de flotabilidad se igualen en los extremos del casco. Hoy se podría realizar esta operación de forma fácil con los programas de diseño por ordenador, aunque la validez de la fórmula ha decaído por varias razones (cambio de la forma de los cascos, valores calculados estáticamente, sin tener en consideración la dinámica de la navegación, etc.). Pero es un hecho que todos los barcos diseñados por T.H.B. (como le llamaban familiarmente) resultan llamativamente estables, equilibrados y facilísimos de manejar.
La clase Z fue uno de los primeros ejemplos de producción náutica en serie y surgió de la iniciativa del Capitán O.M. Watts, de Londres, quien en 1937 le pidió a Butler un diseño compacto, adecuado para navegar en todas las condiciones con una tripulación reducida y familiar. Butler modificó ligeramente el diseño de su propio barco, el Cyklon II (1928) del que ya se había construido una pequeña serie de gran éxito. O. M. Watts se dirigió entonces a Alfred Lockharts que era el heredero de una importante empresa de comercialización de muebles y madera. Juntos crearon un astillero naval en Bretford (Essex) para la producción en serie de los pequeños veleros que se llamaron Clase Z 4 t., por la medida del arqueo interior. Para ello se dotaron de una innovadora cadena de producción, inspirados por la incipiente producción automovilística en la que las diferentes piezas del barco se construían en serie y se almacenaban conjuntamente, antes de la propia construcción. Ésta se dividía en doce fases que se beneficiaban del sistema de almacenamiento de las piezas y gracias también al innovador sistema de construcción “Casco arriba”, una sección de cuatro carpinteros forraba un casco en una semana. En seis semanas, el barco estaba acabado y de esta manera se entregaron 14 unidades en el primer año de producción (1938) y hasta un total de más de cuarenta antes del estallido de la segunda Guerra Mundial que paró completamente la producción. Y es que al acabar el conflicto, Lockharts estuvo totalmente absorbido por la construcción de muebles para las casas en reconstrucción. Un total de más de 50 unidades se construyeron al final, incluyendo astilleros diferentes. Había notables diferencias en la oferta de aparejos (bermudiano o cangreja, con o sin botalón), del interior y de accesorios. Pero en todos los casos sobresalía el equilibrio de navegación y la dulzura de gobierno típicos de los barcos de Harrison Butler. El Cayuco, cuyo nombre anterior era Grey Owl, es uno de los barcos construidos por otro astillero en el puerto fluvial de Woodbridge, en 1938. Su aparejo de sloop bermudiano, con botalón le otorga más agilidad que el aparejo reducido, sin complicar la maniobra para una tripulación reducida o en solitario. Sus proverbiales dotes de equilibrio y estabilidad, hoy tan sorprendentes para quienes están acostumbrados a los barcos modernos, lo aparentan a un crucero de altura. Y lo es, aunque para nuestro estándar, las capacidades de agua y gasoil sean propias más bien de un crucero para salidas diarias. Su actual propietario lo ha restaurado meticulosamente, con técnicas tradicionales, para mantener el gusto de lo antiguo que brilla en cada detalle.