Cypsela, cúter clásico desplazamiento ligeroRef. CP020
El Cypsela abrió en su día una página nueva en la historia del diseño por las innovadoras soluciones y por sus victorias en todos los campos del Mediterráneo. Fue protagonista también en el renacimiento de los clásicos e incluso dió una famosa vuelta al mundo. Hoy está en buenas condiciones, pero necesita el cariño de un nuevo armador.
EUR 59.000 ,-
Generalidades
Descripción
Aparejo
Aparejo de Cubierta
Aparato Motor
Velas
Electrónica
Sistema Eléctrico
Disposición Interior
Comentarios de Barcos Singulares
Al principio de los Años Cincuenta, Jack Laurent Giles recibió un pedido para un barco de regatas sin ninguna restricción: ¡servía sólo para ganar! El Miranda IV, botado por Baglietto en 1951, sorprendió inmediatamente por sus líneas atrevidas en las que el timón quedaba netamente separado de la quilla, líneas tensas con poca superficie mojada que retomaban un estilo que llevaba más de sesenta años fuera de moda y que solamente el famoso Uffa Fox se había atrevido a revivir hacia el final de los Cuarenta. Las victorias del Miranda en todas las regatas internacionales del Mediterráneo despertaron la emulación y Giles obtuvo más pedidos con la misma misión: “ganar al Miranda”. En 1952 y 1953 diseñó dos barcos en las antípodas entre sí: el Nina V y el Cypsela: el primero era un barco de quilla corrida y desplazamiento abundante, pero con un aparejo potente y una innovadora cubierta de bañera central. El Cypsela, por el contrario, seguía la filosofía de desplazamiento ligero del Miranda, con timón suspendido en un skeg y cubierta corrida en quebranto. Ambos alcanzaron la gloria de ganar al Miranda, que de todas formas no se lo puso fácil. El Miranda y el Cypsela quedan para la historia como los iniciadores de toda una serie de características constructivas que se iban a imponer en las décadas siguientes: el timón separado y protegido por skeg, la quilla con el plomo suspendido por pernos, la construcción ultraligera con capas de madera (el Cypsela tiene dos, la interior en sentido diagonal y la exterior horizontal, ambas de samaguila y separadas por algodón), los lanzamientos reducidos y el espejo invertido. La cubierta muy despejada, con una caseta corta, típica de la época y de los diseños de Giles, lleva el palo en el medio y apoyado en su carlinga. El arrufo invertido (quebranto) le otorga al barco un aire futurista que Giles utilizó mucho en los años Cuarenta y Cincuenta, por razones de medición y de habitabilidad interior. Los pasillos laterales están muy despejados y permiten maniobras rápidas y seguras. El aparejo de cúter, con velas muy fraccionadas, favorece la maniobrabilidad con cualquier tiempo. El Cypsela, con respecto al Miranda, tiene una habitabilidad mucho más desarrollada, aún siendo un barco más pequeño. Giles logró tres camarote separados, además del salón, un éxito absolutamente mundial para su época. Además, la cocina es muy amplia y excelente para viajes largos, al encontrarse en el centro del barco. El Cypsela es, pues, un barco revolucionario para el momento en que apareció. Su vida ha sido muy variada hasta hoy. Siempre perteneció a la misma empresa, que cambio cinco veces de propietario. En los Años Cincuenta y Sesenta, participó en numerosas regatas con resultados extraordinarios. Luego vino un periodo de calma y lento deterioro. A mediados de los Ochenta, el actual propietario lo descubrió muy abandonado y le hizo una primera reparación importante (reclavado de forros, trancaniles nuevos, bañera, interiores, calafateado). Su involucración en el resurgimiento de los barcos clásicos, llevó el Cypsela a todos los campos de regatas y a ganar en muchas ocasiones (Port Cervo, Almirante Conde de Barcelona, etc.). En la segunda mitad de los años Noventa, el Cypsela y su propietario se embarcaron en una vuelta al mundo que duró varios años. En 2004, en Phuket, Tailandia, el Cypsela se benefició de otra profunda restauración (cambio de mamparos, de cadenotes, de carlingas, dos baos nuevos y reclavado de los demás, nuevo espejo de popa de teca, etc., etc.). Hoy en día está en buenas condiciones generales, pero necesita un trabajo estético de pinturas y barnices. Es un barco que se lo puede permitir todo, desde las regatas a las largas permanencias a bordo. Tiene una inmejorable partición interior, unas magníficas prestaciones a vela y una historia única.