Hispaniola, S&S 40′Ref. CP124

Un yawl de crucero/regata muy cómodo, elegante y cuidado. En la misma familia desde más de treinta años, está listo para navegar y sólo necesita pocos arreglos estéticos. Peritaje reciente a disposición.
EUR 120.000 ,-
Generalidades
Descripción
Aparejo
Aparejo de Cubierta
Aparato Motor
Velas
Electrónica
Sistema Eléctrico
Disposición Interior
Comentarios de Barcos Singulares
A raíz del éxito arrollador que obtuvo con el Finisterre a finales de los Años Cincuenta, del que se hicieron innumerables réplicas, a Olin Stephens le salieron muchos pedidos de barcos con parecido programa de navegación: crucero veloz, sin desdeñar posibilidades en regata. Algunos diseños mantenían la quilla retráctil y la ancha manga, típicas del Finisterre y otros come el Loki y su serie optaron por un quilla fija más profunda y líneas menos mangudas. El Astillero de Jaime Gallart, en Arenys de Mar, construyó entre los años 1960 y 1962 3 unidades de este último tipo, con el mismo diseño y diferentes cabinas, según las preferencias de cada propietario. En el caso del Avante II, que hoy se llama Hispaniola, se optó por un diseño más deportivo, concebido para poder ser competitivo en las regatas de la época, sea costeras o de altura. Por esta razón la cabina de esta unidad es algo mas baja y más estrecha, sin sacrificar altura interior pero mejorando la circulación en los pasavantes laterales.
En sus primeros años, entre 1962 y 1970 el Avante II participó en no pocas regatas costeras cercanas a Arenys, así como en la zona de Baleares. En 1970, durante un fuerte temporal y volviendo el barco de Blanes, se acercó demasiado a la costa y se vio arrastrado hacia la playa, por las enormes olas formadas en una barra de arena frente a Arenys, rompiendo los dos mástiles y una parte de la cabina. Sin duda un barco con suerte y con una estructura tremendamente robusta, típica tanto de su diseñador, como de su constructor, el Avante II fue comprado por un armador vasco y entró en el astillero Carabela, de Nick Cañeres, donde se le hizo un importante trabajo de reforma y puesta a punto, fabricando unos nuevos mástiles de abeto canadiense. En 1986, ya con su nombre cambiado en Hispaniola, fue vendido a un abogado de Madrid que se fue a vivir a bordo, amarrado en el puerto de La Rápita, en el sur de Mallorca. Ahí pasó 3 años enteros, sin salir a navegar y adaptado para uso vivienda. Desde 1989 y hasta hoy el barco es propiedad del conocido navegante español Jan Santana, que lo ha navegado en alguna regata y en muchas millas de crucero familiar, mayoritariamente por las islas Baleares. Al haber sido utilizado como vivienda durante 3 años, se tuvo que someter a bastantes modificaciones, para adaptarlo nuevamente a la navegación y por este motivo el barco estuvo amarrado en Palma durante 2 años enteros, siendo mantenido por Ignasi Triay, famoso Director del Bribón de José Cusí. El Hispaniola presenta líneas del casco típicas de Olin Stephens, con una harmoniosa transición cóncava entre la roda y la quilla, unas líneas muy finas que son promesa de excelentes prestaciones en ceñida y dulzura de reacciones en presencia de ola formada. El casco se reconstruyó extensivamente en 2019, en Astilleros de Cataluña, de la familia Morales. El aparejo de yawl divide el velamen para hacerlo más manejable por una tripulación reducida, sin restarle potencia al barco y mejorando incluso su arqueo en regata. En cubierta, el timonel dispone de una visibilidad perfecta en todas direcciones y los respaldos acolchados y amovibles le ofrecen máxima comodidad. La cabina estrecha, libera unos pasavantes muy amplios, cómodos y despejados. Un verdadero lujo para un barco de dimensiones relativamente reducidas. En el interior la disposición es bastante moderna, con la cocina (que necesita un trabajo de restauración de sus preciosos azulejos) en babor y la mesa de cartas en estribor. El salón transformable es otra firma de Stephens, con una genial mesa abatible. El camarote de armador se encuentra en proa, por delante del lavabo en babor y del armario principal en estribor. Después de varias décadas de grandes navegaciones invernales y en familia, en los momentos libres de sus compromisos en regatas de altura, a finales del verano del 2024 y con el fin de levantar acta del estado del barco, Jan Santana encargó una inspección exhaustiva a un ingeniero naval, homologado a nivel europeo, en el que se explica el estado actual del barco, así como un histórico de los trabajos de mantenimiento realizados a través de los últimos años. De él se sonsaca que el Hispaniola está en excelente condiciones de navegabilidad y sólo necesita trabajos estéticos, en particular en la cocina y en el lavabo.