Spirit of OysterhavenRef. VP260

Frederick Parker (1912-1984) fue un diseñador de éxito cuya carrera empezó como apredíz en el famoso y centenario astillero inglés Berthon. Pocos años más tarde, a mediados de los Años Treinta, obtuvo un puesto de dibujante en el bufete del famoso Arquitecto naval Frederick Shepherd a quien sustituyó en el momento de su jubilación. Su momento más feliz llegó después de la 2ª Guerra mundial, con la ideación de una amplia gama de grandes yates de motor, muy elegantes, robustos y marinos. También los barcos de vela le dieron fama, con victorias en regatas y colaboración con grandes astilleros, como Moody and Sons. Hacia el final de su carrera, que terminó al final de los Años Setenta, Parker se especializó en barcos de acero, puesto que los de madera iban desapareciendo paulatinamente, desplazados por la fibra, que a él no le gustaba. En 1971 recibió el pedido de un cliente francés para un barco con capacidad oceánica y que pudiera dar la vuelta a mundo en confort y seguridad. Nació entonces el Senouire una goleta de 67 pies con casco de acero, construido en Inglaterra, por el astillero de los hermanos Joyce, muy conocidos del diseñador. Los acabados se realizaron en Francia, en St. Malo, usando teca de Birmania de primera calidad. Las puertas se realizaron en madera de nuez y los suelos de teca y acebo, muy resistente a la podredumbre. El Senouire tuvo una larga carrera como crucero privado, pero a mediados de los Años Ochenta terminó precintado por la Guardia costera americana, después de una redada contra buscadores de tesoros submarinos. Ahí lo encontró su actual propietario que estaba buscando un barco adecuado para el entrenamiento de candidatos al título de Capitán de Yate en Irlanda. El Senouire cumplía con todos los datos para ello y pronto cambió de propietario y de nombre, llamándose desde entonces Spirit of Oysterhaven, del lugar de origen de su nuevo propietario. Desde entonces ha estado en servicio continuo y continuamente puesto al día en todos los detalles, para poder cumplir con las muy exigentes normas irlandesas para buques escuela. Hoy, podría perfectamente volver al servicio privado y ser un excelente barco clásico en envidiables condiciones de mantenimiento y con un interior que sorprende por lujo de materiales y de buen hacer. Durante su carrera ha demostrado sobradamente sus cualidades marineras y su facilidad de manejo, puesto que las velas de su aparejo de goleta son relativamente reducidas, en comparación a cualquier otro tipo de aparejo de un barco de estas dimensiones.