Yanira 12m C-RRef. CP122
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Un magnífico crucero-regata clásico que ha demostrado su gran valía en ambos sectores. Ha sido recientemente restaurado y está en muy buenas condiciones, con palo, jarcia y velas nuevas.
EUR 480.000 ,-
Generalidades
Descripción
Aparejo
Aparejo de Cubierta
Aparato Motor
Velas
Electrónica
Sistema Eléctrico
Disposición Interior
Comentarios de Barcos Singulares
Ragnar Appelgren (1909-1993) era un industrial noruego de cosméticos y apasionado deportista de vela. En 1953 encargó un gran velero a Bjarne Aas. Se trataba del barco más grande que Aas hubiera diseñado hasta la fecha. Era un 12 metros de la entonces reciente clase Crucero Regata (Int. C-R), que se inspiraba en la Fórmula métrica (FI), pero con unas dimensiones más volcadas a la navegación de altura (mayor francobordo, más calado, más desplazamiento, etc.). De los métricos se mantuvieron los amplios lanzamientos, que otorgan a los barcos CR una elegancia que sobresale entre todos los clásicos. El nuevo barco se construyó en Fredrikstad (cerca de la frontera con Suecia) y fue el más grande construido por el Astillero, que pertenecía al mismo Aas, hasta esa fecha. Bjarne Aas se había forjado, antes de la Segunda Guerra mundial, una fama importante gracias a sus 6 m. FI, como Olin Stephens y como él siempre se sintió vinculado a las líneas puras de la Fórmula Internacional. Incluso ganó una medalla de oro en los Juego Olímpicos de París, en 1924, precisamente en la clase de los 6 FI. Por todo ello, el diseño del Ingeborg, como se llamó el barco de Appelgren en homenaje a sus esposa e hija, muestra unos lanzamientos tan marcados y elegantes, que le otorgan además una fundamental reserva de flotabilidad para el mal tiempo. En el interior tiene un estilo muy acogedor y deportivo al mismo tiempo. Entrando por popa, está la sala de navegación, con el panel del motor y un mamparo transversal por el que se accede al camarote principal y que tiene una forma tal que constituye una mesa de cartas por bao. El camarote armatorial ocupa toda la manga y tiene un lavabo dedicado. Una puerta en babor da acceso al segundo vestíbulo del barco, con escalera oceánica (lateral y hacia la medianía del barco) y de ahí al salón, amplio y diáfano. Los sofás transformables tienen sendas literas de guardia en alto, en el acceso hacia la cocina está el lavabo de diario en babor. La cocina ocupa toda la manga y tiene amplio espacio de trabajo. Más adelante, en el pique de proa, una cortina separa el camarote de invitados del pique del ancla. Appelgren navegó con el Ingeborg por el Mar del Norte durante tres años, hasta 1957, ganando muchas regatas y realizando cruceros familiares. A partir de esa fecha, quiso establecer su base en Palma de Mallorca, pero al cabo de otros tres años más, en 1960, vendió el Ingeborg a Manuel Giró Minguella, industrial español, famoso por ser propietario de la marca de motos Ossa. Manuel Giró le cambió el nombre por el actual Yanira, una de las 50 Nereidas, ninfas del Mediterráneo que, según los Griegos antiguos, cuidaban de los navegantes, y lo disfrutó durante diez años hasta que se lo vendió a un sindicato formado por 10 amigos. Más tarde, este rápido velero pasó a pertenecer a las familias de Luis Gil de Biedma y Federico García Planas, hasta que este último se quedó como propietario único en 1983. En 2013, el barco cambió otra vez de propiedad y su nuevo armador lo sometió a un extenso ciclo de restauración, con nuevo palo y nuevas velas, nuevo calafateado y pintura del casco, refección de los cadenotes y sustitución de algunas tablas y cuadernas, así como renovqción compelta de la cubierta. Desde entonces el Yanira ha participado en numerosas regatas con resultados impresionantes (incluyendo siete Copas del Rey -seis consecutivas, varias veces campeón en la Puig Vela Clàssica; varios triunfos en Les Voiles de Saint Tropez e incluso en la General de Cruceros IR del trofeo Alfonso XIII Barcelona-Menorca que ha ganado en 2000 y 2005 frente a barcos modernos). Al mismo tiempo, su propietario ha gozado de magníficas navegaciones de crucero en familia, navegando por todo el Mediterráneo. Por ello podemos afirmar que el Yanira cumple perfectamente con los dos programas que su fórmula de diseño había previsto y está en perfectas condiciones estructurales para seguir haciéndolo con un nuevo armador.