Émeraude, Primera clase I.O.R.Ref. CP120
Un barco de regata y crucero prácticamente único en su categoría: rápido y ganador de regatas, pero con un impresionante interior original de un lujo inusual en este tipo de barcos.
EUR 175.000 ,-
Generalidades
Descripción
Aparejo
Aparejo de Cubierta
Aparato Motor
Velas
Electrónica
Sistema Eléctrico
Disposición Interior
Comentarios de Barcos Singulares
El Émeraude (esmeralda en francés) es uno de los barcos más victoriosos del circuito de regatas del CIM (Comité Internacional del Mediterráneo). Se construyó en Holanda por el astillero de Wolter Huisman, sobre planos de Germán Frers. El año anterior, del mismo astillero habían salido los famosos Pinta y Saudade de la misma Primera Clase IOR. Huisman existe como astillero desde la segunda mitad del siglo XIX y en los años 60 y 70 se especializó en yates de acero antes y aluminio después. Entre los 70 y los 80 construyó una larga serie de barcos de la fórmula IOR, muchos de ellos victoriosos, estableciéndose como Astillero de referencia a nivel mundial. Hacia la mitad de los Años Ochenta, Wolter Huisman dio un giro repentino a su política industrial y empezó la construcción de megayates, por la que su Astillero sigue estando al vértice mundial. La excelente calidad de sus barcos, confirmada en décadas de trabajo, llevaron a la Reina de Holanda a otorgarle el título de Real, al celebrar los cien años de su actividad, por lo que a partir de 1984 el astillero se llama Royal Huisman. Germán Frers diseñó el Émeraude por encargo del francés Jacques Dewailly, quien llamó de esta manera a todos sus barcos y que construiría otros dos más grandes, siempre bajo diseño de Frers, pero realizados en otros astilleros en 1985 y 1990. Dewailly no era un personaje cualquiera: industrial de la energía, sus barcos fueron patroneados por gente de la talla de Marc Pajot o Dennis Conner y ganaron muchas regatas internacionales. Dewailly además, estuvo entre los organizadores del desafío francés para la Copa América en 1992 y 1995, con los IACC, los últimos monocascos tradicionales que corrieron para esa regata. Dewailly quería un barco de regata oceánico, que tuviera también un interior acogedor, por lo que pidió que hasta el palo, el interior fuera mucho más lujoso que cualquier otro barco de su categoría, por eso el Émeraude tiene un interior más único que raro entre los Primera Clase IOR y que es totalmente original. Con su primer Émeraude, el que nos compete, Dewailly corrió con el equipo francés de la Admiral’s Cup, que quedó sexto en 1977 (con España en octava posición). En ese equipo corría también otro Huisman: el famoso Révolution de Jacques Finot, que marcó el inicio de las popas anchas. Dewailly también participó en la Sardinia Cup, que entonces era una regata muy popular y concurrida y en la “Settimana delle Bocche” (“Semana de las Bocas”, refiriéndose a las Bocas de Bonifacio), alter ego mediterránea de la Admiral’s Cup. En 1979, el Émeraude ganó la Middle Sea Race, la durísima regata alrededor de Sicilia y Malta. En 1985, como dijimos, Dewailly mandó construir un segundo Émeraude en Italia y vendió el primero al italiano Sergio Doni, otro gran regatista de la época, con sus barcos que se llamaban Yena. Curiosamente, Doni compró el barco de Huisman, cuando Dewailly mandó construir el segundo Émeraude en la SAI Ambrosini ¡que había construido el anterior Yena, el mismo año 1976! Es posible que fuera el mismo astillero quien les pusiera en contacto para el negocio. Ese Yena, un ¾ de tonelada, había participado a la Admiral’s Cup de 1979, en el equipo italiano que acabó tercero, después de la trágica Fastnet de aquel año. A Sergio Doni le gustó mucho la mezcla de deportividad y confort que el Émeraude ofrecía, porque estaba buscando un barco también para viajar, además que para regatas. Doni mandó diseñar al luego famoso arquitecto naval Luca Brenta un interior completo para la zona en la proa del palo del Yena, hasta ese momento totalmente libre. De esta manera salieron un cómodo camarote de dos literas en castillo, en estribor, un amplio lavabo con ducha en babor, que hace de pasillo hacia el pique de proa, con dos literas en V, todo ello realizado con una calidad que no desmerece el trabajo de Huisman. A bordo del nuevo Yena navegó en alguna ocasión incluso el Aga Khan. El actual propietario del Émeraude lo encontró por casualidad en 1997 cuando buscaba un barco más pequeño. Pero los nobles orígenes del barco, en cuanto a astillero (uno de los mejores a nivel mundial, si no el mejor, para las construcciones en aluminio) y diseño, le convencieron sobre la bondad del barco. El hijo de Sergio Doni, a quien la experiencia de la Fastnet de 1979 marcó en sentido negativo para la vela, había puesto en seco el barco durante varios años. Su actual propietario devolvió al barco su nombre original y empezó, casi por casualidad, una carrera deportiva que le llevaría a ganar una serie interminable de regatas. Al principio fueron cruceros por el Mediterráneo: El mar Adriático, donde el barco estaba basado, el norte de África, Grecia Jónica y Egeo, Turquía, Sicilia hasta Lampedusa. En estas navegaciones, el Émeraude se reveló como un crucero rápido y muy fácil de manejar con tripulación reducida de dos o tres miembros. Mientras tanto, participaba en regatas de club, ganando algunas veces en ORC. En clase libre el Émeraude ganó la regata Pésaro-Rovinio, bastante complicada y en 2005 en Trieste corrió entre los barcos clásicos por primera vez, con bastante éxito. De esta manera, su armador lo trasladó en 2006 al Tirreno, en donde se corren las regatas más importantes del circuito clásico italiano y ganó enseguida el circuito Panerai, con un éxito histórico en las Régates Royales de Cannes de aquel año. En 2007 volvió a repetir el éxito en Porto Cervo, sea en la regata de celebración de los cuarenta años del Club de la Costa Esmeralda, sea en el Veteran Boat Rally del circuito CIM. También en Cannes y en Antibes, el Émeraude se impuso con importantes diferencias sobre su directo rival, el famoso (y velocísimo) Stormvogel. Al año siguiente, éste logró su revancha, por un escaso margen. En 2009, el Chaplin de la Marina Militar italiana impidió otra vez la tercera victoria del Émeraude en el circuito del CIM, pero al año siguiente éste se desquitó del mismo rival y triunfó por tercera vez en el circuito, llevándose por ello el Trofeo general del CIM. En 2011, el armador del Émeraude decidió probar suerte en el Atlántico y ganó la regata Horta-Douarnenez, contra la flota bretona. Luego repitió triunfos en diferentes regatas atlánticas, llegando al Mediterráneo español en 2012, donde se ha quedado hasta hoy. En este periodo ha ganado el Trofeo Puig dos veces, dos veces en Palma, una en Antibes y varias veces en el Estartit. Como él mismo dice, la edad del armador y de las velas ha supuesto una disminución en los resultados, pero mucho también han influido los cambios en la tripulación y una participación menos asidua. Hoy el Émeraude está dispuesto para seguir su carrera deportiva o de crucero. Más aún cuando la fórmula IOR parece volver de moda, gracias a la apertura a las regatas del CIM. Sin duda, necesita arreglos, fundamentalmente estéticos y una renovación de la dotación de velas, pero intrínsecamente está en buenas condiciones y listo para navegar en crucero y regata, gracias a su robusta construcción y lujoso interior.