MariganRef. CP117
El perfecto barco de época de gran valor patrimonial, capaz de ganar regatas. Permite navegaciones en familia y con amigos, para probar sensaciones diferentes. Estructuralmente puede durar cien años más.
EUR 390.000 ,-
Generalidades
Descripción
Aparejo
Aparejo de Cubierta
Aparato Motor
Velas
Electrónica
Sistema Eléctrico
Disposición Interior
Comentarios de Barcos Singulares
Birkenhead es una ciudad que está enfrente a Liverpool, separada por el río Mersey. Desde principios del siglo XIX goza de una larga tradición de construcción naval, sea civil que militar y uno de los astilleros más famosos fue el que fundó Samuel Bond al inicio de la década de los 70 del siglo XIX. La actividad de su astillero duró sin interrupción hasta 1962. Entre sus clientes se encontraban la mayor parte de los miembros del Real Club de Yates de Mersey, un club de brillante historial, aún siendo de los pequeños, comparado con los clubes ingleses del sureste y los escoceses. En la segunda mitad del siglo XIX el deporte náutico experimentó un crecimiento inaudito en todo el Reino Unido, gracias especialmente al largo periodo de bonanza económica que siguió a las guerras napoleónicas y muchos apasionados de vela se pusieron a diseñar sus propios barcos con diversa suerte. Charles Livingston (1857-1937) tuvo bastante éxito y diseñó barcos victoriosos de esloras diferentes, algún yate de vapor y algunos monotipos. Por sus buenos conocimientos técnicos, estuvo involucrado en los desafíos ingleses de la Copa América de Lord Dunraven y de Sir Thomas Lipton. Cuando diseñó el Molita para su propio uso se inspiró en las nuevas líneas inauguradas seis años antes por el Dora de Glenn Watson y por el Valkyrie diseñado para el desafío de Lord Dunraven de 1893: La roda en forma de cuchara (spoon bow), la forma bastante triangular del perfil lateral, con reducida superficie mojada, el codaste inclinado y una cubierta despejada. El aparejo de cúter cangreja era el más deportivo entonces en boga y por sus dimensiones el Molita se codeaba con los mejores 10 raters de la época. Livingston lo mandó construir por Samuel Bond. Aunque fuera el barco personal de su diseñador y llevara el diminutivo del nombre de su hija (Molly), el Molita no apareció a menudo bajo los focos de la historia. Hemos de suponer que corriera muchas regatas y que realizara algún breve crucero por aguas domésticas, desde el Merseyside hasta Escocia, lugares en los que vivió Livingston, porque sus dimensiones no eran las que entonces se estilaban para cruceros de mayor alcance. Sabemos que, como muchos otros antiguos veleros del siglo pasado, allá por los Años Treinta del XX, recibió su primer motor de explosión, un Bergius-Kelvin con eje ladeado a babor, para no debilitar el codaste y su aparejo fue reemplazado por el de cúter bermudiano, por entonces ya lo suficientemente robusto como para no dar lugar a accidentes. Su actual propietario lo encontró en Escocia en unas condiciones bastante complicadas y, al llevárselo a su casa de Mallorca, asumió el encargo de restaurarlo todo de la manera más robusta posible, manteniendo las formas originales del diseño de Livingston. De esta forma, la quilla es de Álamo negro, mientras que roda y codaste son de iroko laminado, las cuadernas principales se reconstruyeron moldeadas en iroko, las secundarias son de roble curvado al vapor. El forro del casco es de pino de Florida, hoy muy difícil de encontrar, y de Oregón y la cubierta de teca reposa sobre dos capas de contrachapado y una de pino. Todo los pernos son de bronce y el aparejo de cubierta está conformado por piezas construidas con el mismo tipo de bronce, rehundidas en cubierta y rematadas por placas y pernos de bronce. Los obenques están fijados a unos cadenotes de acero que a su vez van conectados a baos de iroko moldeados y llegan hasta la carlinga del palo, creando una estructura continua. El interior está pensado para regatas y salidas diarias, más que para crucero de altura y algunos detalles están por acabar, especialmente en el camarote de popa. Como un verdadero purasangre el Marigan lleva su estructura de construcción a la vista y ello hace parte de su encanto y de su belleza. Es un barco que está en excelentes condiciones y que ha demostrado que puede ganar regatas con una tripulación de familiares y amigos. Su propietario también se regala paseos en familia por la bahía de Palma, con todo el trapo al aire, constituyendo una estampa finísima en el bello panorama de la isla. Y es que el Marigan está en condiciones de soportar cualquier esfuerzo por fuerte y elevado que sea, sin descompensar por ningún lado.