Niña LuisitaRef. CP113

Un protagonista del mundo de los clásicos. Ha conservado durante estos noventa años su disposición original, sea en cubierta que, aún más en el interior. Hoy necesita una serie de trabajos de reacondicionamiento. El precio indicado es sin IVA.
EUR 280.000 ,-
Generalidades
Descripción
Aparejo
Aparejo de Cubierta
Aparato Motor
Velas
Electrónica
Sistema Eléctrico
Disposición Interior
Comentarios de Barcos Singulares
Dicen que el Ingeniero Vittorio Baglietto, nieto del fundador del famoso Astillero italiano, se inspiró en diseños de Charles Nicholson, cuando el Conde Bruzzo le encargó su próximo barco: una goleta de 20 m. que iba a ser el último gran velero de tres que Baglietto contruyó entre los Años Veinte y Treinta. Los tres siguen navegando hoy en día, los otros dos son el Janua y La Spina. La goleta del Conde Bruzzo se llamó Pofi y muchos detalles nos hablan del cuidado que el Conde puso en seguir la construcción: por ejemplo, la proa muy lanzada era del gusto del Conde, que era un apasionado de los Ocho metros Fórmula Internacional, mientras que Baglietto diseñó un casco más volcado al crucero. El aparejo de goleta, muy probablemente también es deseo del Conde. En efecto, reproduce la innovadora geometría del Niña (1928) el formidable barco de regata de William Starling Burgess. Gracias a la gran diferencia de altura entre el palo mayor y el trinquete, el estay “triádico”, que pasa por la perilla de ambos palos, cae directamente al botalón y permite izar en el palo mayor dos enormes velas, una génova y el gollywobbler (un tipo de Fisherman entrepalos), ambos con la escota reenviada a la extremidad de la botavara. Este aparejo se dió en llamar de... ¡”cutter de dos palos”! No sabemos si el Conde Bruzzo mandó izar alguna vez esas poderosas velas que le hubieran dado una potencia impresionante al barco. El interior del Pofi, que hoy en día conserva todo el gusto y la originalidad de la época, también lleva la huella del Conde: el amplio camarote de armador, con dos cómodas separadas, de las que una también lleva un pequeño escritorio. El cuarto de baño con bañera, el salón muy ventilado y luminoso y muy especialmente la pequeña Virgen de cristal de Murano que el Conde pidió que se pusiera en un nicho realizado para ello en el mamparo de la cama armatorial y que todavía hoy vela por el barco y sus propietarios. La vida del Pofi fue muy tranquila, con cruceros por el Mediterráneo, desde su puerto base de Rapallo. La familia Bruzzo fue protagonista de la vida náutica deportiva italiana inmediatamente antes y después de la Segunda Guerra Mundial. Guerra que el Pofi transcurrió en su amarre de Rapallo, sin novedades. Al final de los Años Sesenta, el Conde Bruzzo, ya mayor, recibió insistentes solicitudes por parte del Conde Tagliaferri para que vendiera el barco. El Conde Bruzzo, aceptó vendérselo en 1971 y desde entonces el barco se llama Niña Luisita, en honor de la madre y de la mujer argentina del Conde Tagliaferri. El Niña Luisita continuó su vida de cruceros familiares por el Mediterráneo, a partir ahora del puerto de Imperia y al cumplir los 55 años, en 1987, lo llevaron a Baglietto para un profundo recorrido general. ¡Todavía algún antiguo trabajador se acordaba del Pofi y de su construcción particular! Entonces, recibió esta goleta su tercera cubierta de teca, un nuevo palo mayor así como un tragadrizas, para facilitar la maniobra de izado de la mayor y unas mejoras en la iluminación interior. El resto, siguió como cuando se construyó. Por esta razón, el Niña Luisita siempre tuvo un lugar de honor en las regatas de barcos clásicos que, entre tanto, habían empezado a proliferar por el Mediterráneo. En 2006 y 2007, nuevos trabajos supusieron el cambio del motor, montaje de un generador y nuevo cableado y panel eléctrico, bajo la supervisión del famoso ingeniero naval Franco Giorgetti. Después de varias vicisitudes, hoy El Niña Luisita necesita arreglos importantes: habrá que cambiar varias tablas del casco, el codaste, los pernos de la quilla y hacer un nuevo palo trinquete. El palo mayor se tiene que bajar y barnizar y la sika de cubierta necesita renovación, así como los barnices de cubierta. El motor y el generador habrán de ser desembarcados para su revisión. Se necesita un nuevo armador que comprenda la originalidad y reconozca el valor de un barco que después de noventa años, tan sólo ha tenido tres propietarios que lo han mantenido en las exactas condiciones en que se construyó.