Kanter 66Ref. VP253
Un crucero sin restricciones, de impresionante calidad. Rápido, fuerte, seguro y elegante. Reúne todo lo mejor para largas permanencias a bordo.
EUR 325.000 ,-
Generalidades
Descripción
Aparejo
Aparejo de Cubierta
Aparato Motor
Velas
Electrónica
Sistema Eléctrico
Disposición Interior
Comentarios de Barcos Singulares
En 1962 Manfred Kanter se trasladó con su mujer desde Hanover, en Alemania, a Canadá. Aunque había cursado unos estudios de construcción naval en Hanover, su actividad inicial no tuvo nada que ver con ello. Manfred tenía un 6m FI con el que participaba con éxito en regatas. A primeros de los Años Setenta, usando sus conocimientos, construyó un barco para navegar de crucero con su familia y emprendió un viaje que les llevó por el Caribe y por toda Europa, con varias etapas. Esa experiencia de vida a bordo hizo madurar en Manfred unos conocimientos que le sirvieron en la nueva actividad que puso en marcha al volver, en 1977: Kanter Marine, para la construcción de yates de crucero de acero. La meticulosidad de las construcciones de Manfred y la perfección de los acabados de sus barcos decretaron el éxito de la empresa. Aunque la producción no alcanzara grandes números, sí que fue creciendo en medidas y tan solo diez años más tarde, Manfred tuvo que buscar una zona más amplia donde seguir construyendo. Desde entonces, Kanter Marine está ubicado en St.Thomas, en el estado de Ontario y hoy sigue fabricando barcos de crucero y profesionales, casi siempre de aluminio. Manfred Jr. y su hermano Christopher tomaron el relevo del padre y, siguiendo las mismas pautas se dedican exclusivamente a la construcción naval, sin actividades paralelas. Uno de sus colaboradores externos, el arquitecto naval Dieter Empacher, tiene curiosamente una historia personal muy parecida a la de Manfred Kanter: alemán también él, crecido en una familia de constructores navales, se trasladó a EE.UU. en 1963, en busca de trabajo y ahí se quedó y tras haber colaborado durante casi veinte años con el famoso Ted Hood, participando en el diseño del 12m FI Independence, o en los varios Robin de Hood y en muchos otros barcos para diferentes astilleros, fundó su propio bufete, en 1982. Manfred y Dieter colaboran desde entonces estrechamente y una de sus creaciones más impresionantes es el Kanter 65, un crucero de altura sin complejos, ni fronteras de ningún tipo. “Un buen crucero”, dijo Manfred Kanter, “tiene que ser tan rápido que pueda escapar de una tormenta y tan fuerte que pueda navegar en ella”. El Kanter 65 es un ketch con un casco muy fino, capaz de grandes velocidades. El velamen es muy generoso, sin complejos y al estar dividido en dos palos de gran alargamiento, es muy eficaz incluso en ceñida y fácil de manejar por una tripulación reducida, gracias al potente aparejo de maniobra y a la relativamente reducida superficie de cada vela. La tradicional disposición americana, con bañera central, perfectamente protegida por una elegante capota rígida, concentra la maniobra del barco en el baricentro, reduciendo eficazmente la sensibilidad a los movimientos bruscos en caso de mal tiempo. El “Rebel Jo”, que hoy se llama “Buena Esperanza”, es un Kanter 65 muy personalizado, sea en sus dimensiones, es un 66 pies, sea en el material de construcción, con casco y cubierta de acero y cabina de aluminio. El marcado arrufo de la cubierta crea una fuerte y alterosa proa, con doble roldana de fondeo. La popa, en cambio, tiene una amplia plataforma de acceso, que se transforma fácilmente en playa para baños de mar. En ambos extremos hay amplios pañoles de estiba. Bajo cubierta el barco está lujosamente acabado en madera de teca barnizada, con un estilo moderno y atemporal, al que no le afectan las modas pasajeras. Todos los camarotes son amplios, llenos de estiba y con baños incluidos. Los de proa tienen la ducha en común, una solución genial en términos de utilización del espacio y muy elegante, con sus mamparos redondeados. En todos los detalles se nota el gusto por los acabados de altísimo nivel, como las ventanillas y escotillas forradas con molduras redondeadas de teca maciza y con un cordón textil que subraya la moldura. Como las esquinas redondeadas de todos los mamparos, armarios o mesas. Incluso el uso de los espacios, con múltiples lugares en los que pararse a leer, meditar o escuchar música, favorece la buena convivencia en el barco. La dotación electrónica es exuberante y aunque ya no esté a la última moda, es muy útil y funciona perfectamente. El “Buena Esperanza” está en muy buenas condiciones de mantenimiento y sólo necesita un ciclo de pinturas en cubierta y unos arreglos en la junta de Sika de la teca. De hecho, está listo para salir enseguida a navegar.