Margarita estálindalamar, II Clase I.O.R.Ref. CP119
Sangermani es sinónimo de barco bien construido y este crucero-regata lo confirma. Su génesis es muy peculiar: servir de molde para una serie, pero su vida subsiguiente sirvió para confirmar las bondades de su constructor.
EUR 80.000 ,-
Generalidades
Descripción
Aparejo
Aparejo de Cubierta
Aparato Motor
Velas
Electrónica
Sistema Eléctrico
Disposición Interior
Comentarios de Barcos Singulares
Churro puede parecer un nombre muy raro para un barco, pero en la jerga local de Lavagna, donde surge el astillero Sangermani, significa “guapo”. Y así llamaron los Sangermani, padre e hijo, al nuevo barco que diseñaron ellos mismos y construyeron en 1972 con la intención de hacer una pequeña serie en fibra de vidrio, material que por entonces ya estaba superando a la madera en la cantidad de construcciones. Por esta misma razón el casco del Churro fue llevado a una de las mejores empresas de laminado de fibra del momento, quienes para perfeccionar la calidad del molde que iban a construir a partir de él, recubrieron el casco con una fina capa de fibra, para evitar las imperfecciones debidas a la porosidad de la madera. Desde entonces el Churro ha mantenido esa capa, que podemos considerar original y que, a buen seguro que no era la primera (ya se hizo lo mismo en los años Cincuenta), ni sería la última (muchos barcos se construyeron entre los Setenta y Ochenta en madera, con una capa de fibra). Además que para servir de molde para una serie en fibra, el Churro estaba pensado para pregonar las virtudes de los Sangermani en los campos de regata, llevado por una tripulación familiar y del mismo astillero. Pero el barco se vendió en fase de acabado a un cliente que lo bautizó Santa María y que daría lugar a una familia de barcos, todos Sangermani y todos con el mismo nombre, típicamente precedido por el numeral, hasta el Quinta Santa Maria, un barco de carbono, en el que Sangermani sólo se ocupó del interior. El Santa María dio lo mejor de sí en las regatas a las que participó, mientras que sus parientes de fibra, de los que se construyeron diez unidades, al tener el velamen reducido, no tuvieron tanto éxito. Las líneas son las típicas del I.O.R. con una planta en rombo, notables lanzamientos en proa y popa y líneas de agua muy finas, pero sin las tensiones que saldrán más adelante, para timar la regla. Unas líneas depuradas lateralmente y caracterizadas por una forma en V marcada en las vistas de frente. La superficie mojada queda de esta manera reducida a la mínima expresión y hacen del Churro un barco muy veloz en todas las condiciones. En cubierta veremos el aparejo típico de la época, de elevado coeficiente de alargamiento, en que la mayor es reducida y las velas potentes son las de proa y en que prima la máxima de un winche para cada maniobra, algo aparentemente complicado, pero de lo que se prescindió más por razones económicas que prácticas. De todas formas los dos winches del piano están dotados de tres mordazas cada uno. La cubierta está totalmente despejada y sólo marcada por los elegantes guardamares de la bañera. No tiene el marcado peralte que tendrán diseños posteriores y presenta algún detalle de gran lujo, como la nevera en cubierta. Internamente el Churro al estar concebido como barco de regata puro, se terminó de manera austera, aunque con la típica calidad de Sangermani. Un cómodo camarote de popa, le ofrece al armador el confort de un barco grande. En la cocina, aunque de dimensiones reducidas, no falta nada. La mesa de cartas, muy importante en su momento, es de dimensiones más de que adecuadas. También el salón tiene un punto de lujo y de confort con una mesa fija plegable que permite la maniobra de las velas en el interior. El pique de proa se ha mantenido como en origen, para almacén de velas, cabullería y otros enseres de maniobra, con dos literas abatibles, para las regatas más largas. En conclusión, el “Margaritaestálindalamar”, actual nombre del Churro, que se inspira en la famosa poesía de Rubén Darío a Margarita Debayle, está listo para navegar en cualquier programa que le proponga su nuevo propietario, ya sea regatas en el circuito mediterráneo o cruceros por el mar adelante.